Demostrar afecto soluciona conflictos
Demostrar
afecto a nuestros seres queridos especialmente a nuestros hijos es algo
fundamental y básico para que en el día a día la vida fluya con
normalidad y los conflictos cuando surjan sean resueltos de manera
respetuosa, rápida y sencilla.
Cuando uno no se siente querido, no se siente importante y pierde el sentido de pertenencia en la familia, se desconecta.
Si un niño se ha desconectado y tenemos algún problema o conflicto es
más complicado conseguir que haya colaboración por su parte y que
podamos llegar a un entendimiento. Piensa cómo te sentirías si tuvieras
la sensación de que tu hijo, tu pareja o tus padres no te quieren, ¿te
apetecería hablar y estarías dispuesto a escuchar y colaborar?.
Creemos que demostramos todo lo que sentimos por nuestros hijos, pero a
veces nos olvidamos de cosas simples aunque muy importantes como dar
abrazos, decir te quiero o algo que a veces nos cuesta tanto, estar a su lado cuando más nos necesitan, por ejemplo cuando se han “portado mal”.
Está
clarísimo que queremos y adoramos a nuestros hijos pero tenemos que
hacérselo saber. Cuando son pequeños y tienen falta de muestras de
afecto y amor lo demuestran generalmente portándose mal pero cuando
crecen la cosa va más allá y según van siendo más autónomos e
independientes van alejándose si no tienen unos buenos lazos de amor a
los que aferrarse. Cuando no los tienen, poco a poco consiguen construir
un muro enorme que cuesta mucho derribar. Todo lo que les demostremos
de pequeños servirá de base para su vida adolescente. Esa etapa en la
que cuanto menor sea la distancia que nos separe y mayor sea la conexión
con ellos, mucho más fácil será poder acompañarles en su camino
mientras dejan de ser niños para convertirse en adultos. Todo lo que
sembremos en su infancia serán los lazos de unión que permitirán que les
acompañemos en ese momento de sus vidas que aunque crean que no, tanto
nos necesitan.
Respóndete
con sinceridad ¿cómo demuestras a tus hijos que los quieres?, ¿cuándo
lo haces, en qué momentos?, ¿qué muestras recibes de ellos para saber
que les llega tu afecto y tu amor?.
En ocasiones, nuestros hijos cuando están enfadados nos dicen eso de “ya no te quiero” o “te odio“.
Seguro que alguna vez os ha pasado y os toca el corazoncito porque casi
llegamos a creerlo. Por eso tenemos que ser muy constantes y reforzar
nuestros sentimientos hacia ellos para que lo sientan de verdad. Que
nunca pierdan la confianza en nosotros. Es más fácil mantenerla la confianza que recuperarla cuando se ha perdido.
Cuando les llamamos la atención por algo que no está bien, a ellos lo
que les puede llegar según sea nuestro tono o nuestra forma de decirlo y
actuar, es que no les queremos, especialmente cuando son pequeños. Les llega un mensaje equivocado.
Es importante que hagamos el esfuerzo en este sentido de mostrar
nuestro respeto cuando tengamos que decirles algo sin juzgarles y
demostrando que es amor lo que sentimos por ellos y no enfado. Ojo,
esto no significa que tengamos que ocultar nuestros propios
sentimientos, sólo significa que aunque les hagamos ver que nos hemos
enfadados lo hagamos desde el amor y el respeto, no desde la ira.
El motivo puede ser cualquiera, vamos a
suponer que se ha cruzado una carretera corriendo. Horror, ¿verdad?. Es
importante que dejemos nuestro miedo y a la vez enfado a un lado porque
no nos ha escuchado cuando ha decidido cruzar y hablemos con él desde el
amor. Da igual la edad que tenga, da igual si son 2 años o 10. Da
igual, si les hablamos desde el corazón, desde el amor, lo entenderán. Los reproches, sólo les llegan de forma negativa y se sienten no queridos. Evitando los reproches podemos enviar el mismo mensaje pero con respeto.
Así que en vez, de un “¡no te he dicho mil veces que no puedes cruzar sólo, nunca me haces caso, estás tonto, que te puede atropellar un coche!”, mucho mejor decir “menos
mal que estás bien, ha sido muy peligroso lo que has hecho, cuando nos
calmemos hablaremos de esto tranquilos porque no puedes cruzar solo.”.
Posponer el momento hasta que nos hayamos calmado nos servirá para dejar el reproche a un lado y poder hablar con respeto hasta encontrar una solución.
El hecho
de dar un abrazo, decir te quiero o cualquier otra muestra de afecto
recarga las pilas. ¿O no os recarga las pilas cuando vuestros hijos de
repente vienen a vosotros para abrazaros o decir “te quiero mamá” o “te
quiero papá”?. Si esto ocurre a menudo, cuando sean adultos y miren
atrás en el tiempo recordando su infancia tendrán un grato recuerdo, lo
que les será de gran ayuda en su vida adulta.
Un niño
que recibe constantes muestras de afecto es un niño más seguro de sí
mismo. Esta seguridad les sirve de estimulación para querer aprender.
Los niños aprenden constantemente mientras crecen y cuanto mayor sea esa
estimulación más rápido aprenderán.
Demostrar afecto es sencillo. Cada pequeña muestra de cariño que tengamos con ellos les ayudará.
¿Cuántas
veces decimos que mal se porta, no para, no me hace caso, que trasto
es?…… Muchas. ¿Y cuántas veces agradecemos los buenos momentos que
pasamos con ellos?. El agradecimiento, una gran y potente herramienta.
Mucho más
fácil pensar en todas las cosas bonitas que tenemos con ellos, en todos
esos momentos que nos regalan, esas sonrisas, esa compañía, ese amor
que incondicionalmente dan y sin esperar nada de nosotros. Ellos no
esperan nada de nosotros, somos nosotros los que siempre estamos
esperando que ellos nos den, sin quizás darnos cuenta de lo que
necesitan.
Piensa realmente y con sinceridad ¿cuánto amor transmites a tu hijo?, ¿cuánto amor crees que le llega?. Haz un alto en el camino y párate a pensarlo.
Gracias estos aportes nos ayudan a ser mejores padres para nuestros hijos...
ResponderEliminarGracias estos aportes nos ayudan a ser mejores padres para nuestros hijos...
ResponderEliminar